Las acciones y el rendimiento futuros del club pueden desempeñar un papel clave para mitigar el riesgo de la dolorosa fuga de valor de marca. Cuando acabó la época en la que los equipos encargaban sus uniformes a talleres sin ningún tipo de firma, la marca Meyba, muy famosa por la confección de bañadores, se encargó de vestir al club blaugrana desde 1982 hasta 1992. Precisamente ese último año, Barcelona y Meyba separaron sus caminos después de que los azulgrana ganaran la Copa de Europa.