La llegada de Reagan al poder y su discurso entre la recuperación de la nostalgia prefabricada de una América que nunca existió como tal (esa representación idílica de la América mccarthysta, donde la aparente unidad de América era fruto de la persecución de aquel que pensaba mínimanente diferente) y el peligro inminente de un enemigo invisible transformaría de raíz el cine comercial de Hollywood. También en la política neocon y neoliberal de un presidente, Ronald Reagan, que, a partir de un regreso a la nostalgia y a una concepción de América ilusoria, una representación utópica de los años 50, transformaría y remodelaría el sueño americano y la concepción de los Estados Unidos en la mente de una generación occidental, indefensa ante su pernicioso mensaje.